La Tercera Edad es una nueva etapa importante y especial para todas las personas. Cada una de sus problemáticas tiene unas características especiales y hay que conocerlas con profundidad para poder ayudar y solucionarlas
La Tercera Edad es una nueva etapa importante y especial para todas las personas. Cada una de sus problemáticas tiene unas características especiales y hay que conocerlas con profundidad para poder ayudar y solucionarlas
La depresión en la tercera edad es un tema olvidado para muchos clínicos y clínicas. Se espera que las personas de esta edad evolucionen ellas mismas o bien, se considera que el estado de ánimo negativo es algo normal entre esta población. Cuando una persona mayor está triste, se aísla, se emociona con facilidad, se queja de dolores… habrá que evaluar si este comportamiento es extraño en la persona o, por el contrario, es consecuente con algún cambio.
El equilibrio emocional de una persona mayor complementa su salud física y le otorga calidad de vida. No debemos abandonar a nuestros/as mayores emocionalmente y debemos preocuparnos por devolverles a su equilibrio saludable.
De modo genérico, el término somatización se refiere a quejas físicas que ocasionan malestar, en ausencia de hallazgos clínicos que permitan justificar una causa orgánica. El rasgo principal de estos trastornos es la presentación reiterada de síntomas somáticos difícilmente explicables desde la fisiopatología, acompañados de demandas continuadas de pruebas complementarias y derivaciones, a pesar de repetidos resultados negativos y de continuas garantías de los médicos de que los síntomas no tienen justificación orgánica.
Se considera que en la persona mayor el dolor y el malestar físico es algo normal y sin importancia. La Psicología puede ayudar a la persona a disminuir su sintomatología y a profundizar en algunos aspectos emocionales que están contribuyendo a la aparición de su malestar para mejorar su calidad de vida y contribuir en su “felicidad”.
Uno de los capítulos más duros en la vida de una persona es la pérdida de un ser querido. Los sentimientos que aparecen después son un proceso natural, pero la aparición reiterada e irrefrenable de sentimientos de pena, culpa, rencor o la incapacidad de asumir el hecho pueden perjudicarnos muy gravemente.
Así mismo, las pérdidas en la tercera edad se recrudecen ya que son situaciones muy negativas que hacen que no sólo la persona tenga que adaptarse a la falta de la persona fallecida, si no además, casi siempre viene acompañada a un cambio de vida importante (cambio de núcleo convivencia, domicilio, relaciones sociales, hábitos…).
El duelo sigue un proceso y un tiempo necesario para volver al equilibrio normal del individuo. Si dicho proceso no avanza en un tiempo determinado (alrededor de 6 meses) habría que evaluar la necesidad de una intervención psicológica especializada.
Los cambios en la tercera edad son un continuo y la obligación de adaptarse a pesar de la edad, una necesidad. Es fácil observar en esta población la aparición de síntomas emocionales o comportamentales en respuesta a este factor estresante.
En PSICÓLOGOS MADRID podemos aportar las claves para superar esos momentos y a convertir los cambios en procesos normales y asumibles.
Los problemas de salud en la tercera edad no son solo «achaques de viejo», existen cuidados especializados y garantizados desde PSICÓLOGOS MADRID. La Psicología puede dar respuesta paliativa no sólo a todos aquellos problemas propios de la tercera edad. También puede dotar de estrategias a los cuidadores y cuidadoras que necesitan apoyo (demencias tipo Alzheimer, demencia vascular o debida a enfermedades diversas (Parkinson, Huntington, Pick…), problemas de movilidad, enfermedades crónicas…
Es responsabilidad de todos/as hacer que nuestros mayores tengan una buena calidad de vida.